Edouard Vuillard,
Interior, 1902, óleo sobre cartón, 67 x 51 cm. Dallas Museum of Fine Arts,
Dallas
Uno siempre está tentado de habitar en los interiores pintados por
Edouard Vuillard. Esas amplias salas de desayuno, los estudios de intelectuales
atiborrados de libros, los pequeños restaurantes, las sobremesas luego de la
cena en el comedor de algún hogar. Nos sentimos cómodos en esos espacios;
sentimos la serenidad de los personajes, la alegría de los objetos, la
discreción del punto de vista y la amabilidad de los silencios. El aire es
quieto; no molesta la densidad de empapelados, alfombras y cortinas. Miramos
una y otra vez esos ambientes como quien recuerda momentos de la infancia.