Lucien Freud, The painter's mother (2), 1972,
óleo sobre tela, 14 x 18 cm, colección privada
óleo sobre tela, 14 x 18 cm, colección privada
Los retratos de Freud impactan, obligan a segundas, terceras miradas a esos rostros marcados por el tiempo, cualquiera sea su edad. Son retratos sin sonrisas, de ojos grandes y acuosos y mirada entre perpleja y sombría, de algún modo ominosa: cierta prensa los calificaba de "despiadados". La pincelada es fuerte, por momentos violenta, destacando los brillos vagamente geométricos. Nieto de Sigmund, nació en Berlín y murió en Nueva York; no obstante, con su característico desprecio por los hechos, los ingleses lo consideran el pintor británico más importante del Siglo XX. Murió pintando.
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