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miércoles, 5 de agosto de 2020

La Mona Lisa del Prado




Anónimo (atribuido a Francesco Melzi), La Mona Lisa del Prado, óleo sobre tabla de madera de nogal, 76 x 57 cm. Museo del Prado, Madrid 


Leemos por ahí:

"Hace unos meses, y tras la increíble restauración de una una copia de La Monna Lisa,  albergada en la colección del Museo del Prado de Madrid desde 1666, y atribuida hasta entonces a Melzi, apareció bajo un fondo negro que había cubierto un espectacular paisaje, sobre el que originariamente se había reproducido la figura de la Gioconda, y que según los expertos de Prado, fue pintada al mismo tiempo que da Vinci pintaba la original que cuelga en el Museo del Louvre. [Hasta fechas recientes esta pintura era considerada como una más de las muchas versiones existentes del célebre cuadro homónimo de Leonardo da Vinci conservado en el Museo del Louvre, del que se diferenciaba ante todo por el fondo negro, la menor calidad del dibujo y la ausencia del característico sfumato leonardesco. Procede de la colección real, donde probablemente se registra ya en 1666 en la Galería del Mediodía del Alcázar como una »mujer de mano de Leonardo Abince».]

El estudio técnico y la restauración realizados entre 2011 y 2012 han revelado, sin embargo, que se trata de la copia de la Gioconda más temprana conocida hasta el momento y uno de los testimonios más significativos de los procedimientos del taller de Leonardo. La existencia del paisaje bajo el fondo oscuro se detectó a través de una reflectografía infrarroja y una radiografía. Análisis posteriores permitieron detectar que el repinte era posterior a 1750 y que debajo se conservaba el paisaje original en buen estado, aunque inacabado en algunas zonas, lo que pudo ser la causa de su enmascaramiento.

Los materiales utilizados son de gran calidad y su factura es muy cuidada, a pesar de la inferior calidad respecto al original. Pero su mayor interés reside en que, desde el dibujo preparatorio y hasta casi los últimos estadios se repite el proceso creativo del original. Las dimensiones de ambas figuras son idénticas y fueron quizá calcadas partiendo del mismo cartón. La prueba más evidente de que las dos obras fueron realizadas al mismo tiempo es que cada una de las correcciones del dibujo subyacente original se repite en la versión del Prado, lo que demuestra que su autor tuvo en cuenta elementos que Leonardo dibujó en las capas subyacentes pero no incluyó en la superficie.

Todos estos elementos apuntan a un miembro del taller de Leonardo, próximo a Salai o a Francesco Melzi, los alumnos más cercanos al maestro y que tenían acceso directo a sus dibujos de paisaje."







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