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lunes, 28 de marzo de 2016

Cuarto estado


Giuseppe Pellizza da Volpedo, El cuarto estado, 1901, óleo sobre tela, 293 x 545 cm. Museo del Novecento, Milán
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Cinco metros y medio de largo por casi tres metros de alto; la pincelada es puntillista. Uno de los mayores monumentos de la iconografía socialista  no sale de Rusia o Alemania; se produce en Italia. Leemos por ahí: "... Pellizza pinta en esta obra a un grupo de trabajadores del campo que avanzan decididos hacia nosotros. En un primer momento, el cuadro iba a titularse “El camino de los trabajadores”, pero poco después Pellizza cambió el título por “El cuarto estado”. Este cuarto estado se refiere al proletariado, la clase social de los trabajadores que en ese momento empezaban a reclamar sus derechos. La luz es uno de los elementos más importantes de la obra, aparte de definir las formas y volúmenes de los personajes, tiene un significado simbólico y esperanzador: la masa de trabajadores avanza desde la oscuridad del fondo hacia la luz del sol, que representa el reconocimiento social." 








Margarita



Fernand Khnopff, Retrato de Margarita Khnopff, 1887, óleo sobre tela, Museo Real de bellas Artes, Bruselas



lunes, 21 de marzo de 2016

Demonio sentado


Mikhail Vrubel, Demonio sentado, 1890, óleo sobre tela, 212 x 115 cm. Galería Tretyakov, Moscú
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Leemos por ahí: "Mikhail Vrubel first painted the demon while illustrating a romantic poem by Mikhail Lermontov. Vrubel described him as “a spirit, not so much evil as suffering and sorrowing, but in all that a powerful spirit… a majestic spirit”. But that was only its first incarnation. The dark-eyed demon followed Vrubel his whole life, appearing in his work hunched against a dark sky, conversing with the beautiful Tamara, and finally contorted in agonizing defeat."


Vrubel's Demon is a symbol of our times, neither night nor day, neither dark nor light. — Alexander Blok

(http://arthistoryproject.com/artists/mikhail-vrubel)





sábado, 19 de marzo de 2016

Retrato de Ricardo


Felice Casorati, Retrato de Riccardo Gualino, 1922. Colección privada


El cuadro ha sido calificado como un ejemplo de pintura metafísica. Disentimos; "pintura simbólica", o incluso "pintura ideológica" le cae mejor. Riccardo Gualino, uno de los magnates industriales de la Italia del Novecento, es tratado aquí de forma descarnada. La obra se estructura en dos planos: al frente el personaje, iluminado por la larga luz lateral de la tarde, acentuando así su ambigua complejidad. Si este fuera el único plano, podríamos estar mirando a un líder fascista cualquiera. Al fondo, sin embargo, aparece una sala vacía, oscura, levemente siniestra. Las telas doradas por detrás del magnate acentúan el carácter de revelación que se da al plano de fondo. Casorati parece decirnos: Detrás de este hombre no hay nada.



lunes, 14 de marzo de 2016

Café turco (I)


August Macke, Café turco (I), 1914, óleo sobre tela, 35.5 x 25 cm. Kunstmuseum, Bonn



lunes, 7 de marzo de 2016

Bahía


Oskar Kokoschka, Bahía de Estocolmo, 1917, óleo sobre tela, colección privada



martes, 1 de marzo de 2016

Lluvia, vapor y velocidad


William Turner, Lluvia, vapor y velocidad (El gran ferrocarril del Oeste), 1844, óleo sobre tela, 122 x 91 cm, National Gallery, Londres
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