.

.

sábado, 19 de marzo de 2016

Retrato de Ricardo


Felice Casorati, Retrato de Riccardo Gualino, 1922. Colección privada


El cuadro ha sido calificado como un ejemplo de pintura metafísica. Disentimos; "pintura simbólica", o incluso "pintura ideológica" le cae mejor. Riccardo Gualino, uno de los magnates industriales de la Italia del Novecento, es tratado aquí de forma descarnada. La obra se estructura en dos planos: al frente el personaje, iluminado por la larga luz lateral de la tarde, acentuando así su ambigua complejidad. Si este fuera el único plano, podríamos estar mirando a un líder fascista cualquiera. Al fondo, sin embargo, aparece una sala vacía, oscura, levemente siniestra. Las telas doradas por detrás del magnate acentúan el carácter de revelación que se da al plano de fondo. Casorati parece decirnos: Detrás de este hombre no hay nada.